Héroes…Quijotes en un mundo de Sanchos.
(A la querida memoria de un Viejo, de un Hermano, de un Niño, y de quienes siguen tras las rejas por defender la verdad...ustedes son los héroes.)
"Bendito sea el hombre que posee una legión de enemigos, pues ellos le haran un héroe."
Anton Zandor L.
"Bendito sea el hombre que posee una legión de enemigos, pues ellos le haran un héroe."
Anton Zandor L.
"De poetas no digo: buen siglo es éste. Muchos están en
cierne para el año que viene, pero ninguno hay tan malo como Cervantes ni tan
necio que alabe a Don Quijote."
Carta de Lope de Vega (Conocido también por ser el poeta del cielo y de la
tierra, el Fénix de los ingenios y llamado por el mismo Miguel de Cervantes
Saavedra "Monstruo de la Naturaleza". Uno de los autores más
laureados y prolíficos de nuestra lengua y de la literatura universal entre
otras glorias.) Desde Toledo a un amigo desconocido de Valladolid de 14 de
agosto de 1604.
Tenía en ese entonces Miguel de Cervantes 57 años y no era
para nada querido entre los poetas de la corte, que en aquel tiempo se había
trasladado a Valladolid.
Don Miguel de Cervantes, Si, el padre de El Ingenioso
Hidalgo Don Quijote De La Mancha, reconocido como el máximo exponente de la
literatura española, el mismo que estuviera preso dos veces, una por
"extralimitarse en sus funciones como recaudador de contribuciones" y
otra por la quiebra del banco en la que el escritor-recaudador había depositado
el dinero de lo que recaudaba, el mismo que fuera herido en la espectacular,
gloriosa y épica Batalla de Lepanto en la que en medio de terrible fiebre y
dolor pidió que se le dejase combatir y no solo eso, pidió ser puesto en el
lugar más peligroso de la batalla, en la cual lucho heroicamente y fue herido
dos veces, perdió la movilidad de su brazo izquierdo debido a una de sus
heridas, y por eso se le conoció como el Manco de Lepanto, ese mismo Cervantes,
inquieto, loco, luchador, creyente, patriota, soñador, hombre de vicios y
virtudes, de errores y aciertos, un humano demasiado humano, ese mismo que
tenía 57 años cuando los demás poetas de la corte y genios y figuras le despreciaban…alcanzaba
el éxito rotundo con su obra, tanto así que la segunda edición del Quijote vio
la luz tres meses después de la primera.
Así mismo para los revolucionarios desconocidos, que luchan
por un mundo más justo cual Quijote contra molinos de viento, para todos ellos
que prefirieron la fría lluvia en la calle a la comodidad del club, para esos a
quienes el espejo les recuerda todos los días con cicatrices en el rostro y en
el cuerpo, que hay algo superior por lo que se arriesgaron y aun se siguen arriesgando,
para aquellos que invirtieron hasta su último centavo en la causa y no en la
felicidad comprada de cada fin de semana, para aquellos que perdieron su
familia por las consecuencias de la guerra o porque su propia familia les dio
la espalda, para aquellos que perdieron un amor por falta de tiempo y dinero,
ya que todo su tiempo y dinero fue para la revolución, para aquellos que perdieron amigos por el amor a sus ideas
o por que los supuestos amigos no eran tan amigos en la hora de la fatalidad, para
aquellos que permanecieron solos en los momentos de adversidad y para aquellos
que se mantuvieron juntos, para aquellos cuyo nombre ha sido mancillado por la
mentira motivada por la envidia, para esos que han preferido la dignidad de la
soledad y no la compañía hipócrita de las masas, para esos que han dicho la
verdad y han sufrido las consecuencias, para esos que han rechazado el lujo y
la comodidad y han optado por la intrepidez y el honor, para esos hombres de
genio cuyo único pago por su valor e inteligencia ha sido el ridículo y la
burla del pueblo a quien buscan salvar…para todos ellos, aún hay Esperanza.
No la de vivir para ver aquel paraíso de justicia y verdad
con el que soñamos, NO, eso ya es un imposible, pero si una esperanza más
acorde a nuestras pretensiones, la esperanza de que nuestros nombres no serán
olvidados y nuestros actos inspiraran a muchos otros que se transformaran en un dolor de cabeza para el enemigo que nos
vigila día y noche, la esperanza de morir con honor y dignidad por nuestra
propia mano si así lo disponen los acontecimientos, no importa cuánto tiempo
pase, si se está solo o acompañado, con o sin recursos, siempre el verdadero
guerrero tendrá la oportunidad de redimir y purificar su espíritu con algún
acto de valor por la causa, ya que será su propio espíritu quien lo guie hacia
esos caminos en donde ha de encontrar a esos amigos desconocidos que le
ayudaran cuando se encuentre haciendo el trabajo correcto.
Actos de valor, de honor, de justicia, de verdad…esos son
los que moldean a los futuros héroes, al principio desconocidos, y con el pasar
del tiempo transformados en todo un faro
de luz para las futuras generaciones que llegan a este mundo en tinieblas, esos
futuros héroes son el Prometeo de nuestros tiempos, se arriesgan mucho al
querer llevar el fuego del conocimiento y la verdad a los hombres y terminan
siendo atormentados por la ira divina de estos mismos y encadenados al escarnio y burla publica, para que la
monstruosa ave de la infamia y la calumnia los devore todos los días.
Hombres de honor, hombres más allá de los hombres, humanos
demasiado humanos, hombres de virtudes públicas y vicios secretos, hombres de
este mundo y al mismo tiempo de otro, hombres que no se maravillaron con los
destellos de la modernidad, hombres que hicieron oídos sordos a la sinfonía de
placeres mundanos que buscaban seducirlos, hombres ciegos ante el lujo y la
opulencia, hombres mudos ante la belleza natural y de enérgicas palabras ante
la mentira histórica, hombres para los cuales el dinero solo fue un efímero
medio para llegar a un fin superior, hombres de razones y pasiones encontradas,
hombres para quienes la revolución estaba por encima de su vida y su sentido
del deber para con su pueblo era algo mucho más valioso que todo el oro del
mundo.
A esos hombres que luchan con espíritu indómito por sobre
esos otros con espíritu de esclavos, a esos que prefieren el hambre a venderse
por un plato de lentejas, a esos que luchan desde la nada con los bolsillos
vacíos pero el corazón repleto de furia y justicia, a esos hombres que se han
hecho amigos de la lluvia a fuerza de soportarla en las situaciones más
adversas, a los incomprendidos e inadaptados a un sistema de borregos que
sonríen y dan las gracias por la maravillosa oportunidad de ir al matadero, a
esos hombres que han sido declarados proscritos por luchar por la verdad, a
esos hombres extiendo no solo mis letras, sino también mi mano y mi respeto, a
esos incansables luchadores que hacen la verdadera justicia con sus manos, ya
que un estado traidor e ilegitimo los abandona a su suerte y los condena por
ser hombres libres.
Hombres que siguen el legado de otros héroes, hombres que
honran nombres como Yamamoto, Mishima, Onoda, Venner, Brasillach, Vargas Vila,
Jose Antonio, Blas de Lezo, Los 47 Ronin de Ako, Temistocles, Agualongo, Leonidas, El Cid Campeador,
Cervantes, Tesla, Heidegger, Alejandro Magno, Diogenes y tantos otros nombres
malditos para muchos que las letras no
me acabarían para nombrarlos y honrarlos como es debido, honor a todos ellos y
a los desconocidos también, a esos presos que por conservar su honor han muerto
tras las rejas, a esos que se fueron antes de tiempo, ya fuese por la acción de
la naturaleza o por mano enemiga, a ese sabio comandante que fue un padre y un
maestro, a ese amigo que fue soldado, hermano y capitán, a ese niño que entrego
su vida por el mito, a todos ellos, hombres y mujeres sacrificados en nombre de
un ideal superior, a los que hoy en día se sacrifican, a los que lo harán en un
futuro, a ellos mi más sentido homenaje y las siguientes palabras:
Victor Hugo decía que, “El infortunio, el aislamiento, el
abandono y la pobreza son campos de batalla que tienen sus héroes.” Yo podría
decir que no se equivoca en nada, pero aun así con toda esa carga de traiciones
y desencantos, un héroe es aquel que sabe que no tiene nada y aun así es capaz
de darlo todo sin esperar nada a cambio, solo él sabe de la inmensa
satisfacción interior que produce el haber hecho hasta lo imposible, por ver
realizado precisamente eso, lo imposible, y no es que los héroes no sufran de
miedo, todo lo contrario, temen mucho, pero su primer acto de heroísmo es
vencer ese miedo y enfrentarse a algo que los supera en todos los campos…Ahí,
es ahí cuando el Héroe interno empieza a resucitar, porque todos llevamos uno
por dentro, pero solo unos pocos que se arriesgan y pierden el miedo a perderlo
todo, son los que en un futuro serán recordados en poemas, canciones, escritos,
estatuas, libros, pinturas, etc…solo ellos son capaces de realizar eso con lo
que la mayoría si apenas sueña.
Así como Cervantes, el manco de Lepanto, aquel desconocido
quien en la corte fuera despreciado por quienes hasta el más admiraba, así son
los héroes de hoy, anónimos, primero criticados y vilipendiados, luego
olvidados y de nuevo renacen una y otra vez, como los Dioses después de su
crepúsculo, se renuevan y siguen la marcha, solos o acompañados, siempre siguen
la marcha, hoy por hoy Cervantes no solo es un héroe de Batalla épica, sino
también el más laureado de todos los héroes de las letras en nuestra lengua,
fue sin duda un Quijote en un mundo de Sanchos, lucho contra gigantes y venció,
al final, y después de muchas dificultades… su nombre venció.
Quijotes en un mundo de Sanchos, eso son los héroes,
luchadores incansables por la justicia, en un mundo plagado de injusticias,
soñadores e inconformes, en un mundo de realistas conformes con su realidad,
poetas, magos y guerreros combatiendo contra la ignorancia y el materialismo de
un mundo que solo cree en lo que puede ver y tocar, conquistadores de mentes en
un mundo de entes, cautivadores de espíritus en un desierto espiritual…hombres
que guardan la esperanza que algún día su obra contribuya a hacer mejor el
mundo de alguien, de algunos, de todos…un mundo lleno de Sanchos hambrientos de
bienes, con ambición de gobernar ínsulas y mantener la panza llena, esos son
los héroes…Quijotes en un mundo de Sanchos.
Sigamos siendo Quijotes en un mundo de Sanchos…hay que
perder el miedo a perderlo todo.
“Don Quijote soy, y mi profesión la de andante caballería.
Son mis leyes, el deshacer entuertos, prodigar el bien y evitar el mal. Huyo de
la vida regalada, de la ambición y la hipocresía, y busco para mi propia gloria
la senda más angosta y difícil. ¿Es eso, de tonto y mentecato?.”
Miguel de Cervantes .
Diego A. Proscrito. VERITAS ANTE OMNIA.
kentaurdosmedias@gmail.com