domingo, 25 de abril de 2021

CARTA DE UN VOLUNTARIO SIN NOMBRE A UNA MADRE ÚNICA

 

CARTA DE UN VOLUNTARIO SIN NOMBRE A UNA MADRE ÚNICA

¡Hola Madre amada!  ¿Cómo estás? Espero muy pero muy bien… aunque sé que desde hace ya un tiempo no duermes tranquila entre otras cosas del día a día, pero precisamente por eso te escribo esta carta Madre mía, quiero decirte que no te preocupes, criaste a un hijo que tú y solo tú conoces en realidad, solo tú sabes de lo que es capaz tu hijo, solo tú has conocido su espíritu a fondo y sabes bien el por qué está aquí en las trincheras, no te preocupes Madre, he sobrevivido ya a varias incursiones tras las líneas enemigas en otras ocasiones en nuestra  tierra y en otros países, y bien lo sabes, has sido la única y la primera en conocer la verdad tras todas las aventuras de tu hijo, tu ejemplo de haber salido adelante sola en aquella tierra en la que nos tocó nacer y crecer ha sido más que suficiente para mí, tu determinación de salir adelante en medio de la adversidad ha sido mi mayor inspiración, me enseñaste bien, sobre todo aquel peligroso arte de tratar con multitudes y personalidades complicadas, me enseñaste los idiomas que me han abierto puertas y han extendido puentes a mis pies, me enseñaste a expresarme de la manera correcta en cada situación, a mantener la calma aun en momentos de angustia, peligro y pobreza, siempre supiste que decir en los momentos difíciles, y jamás te vi derrumbarte ante nadie, siempre estoica, desde el alba hasta el ocaso, así te vi siempre, tú fuiste mi mejor y única escuela, el verte a lo largo de los años siempre a diario con un libro en la mano, ha sido la mejor forma de educarme sin decirme nada, sin imponerme nunca nada, el saber que siempre has sido una mujer de fe y espiritualmente entregada a tus creencias no importa el lugar ni la hora, es para mí profundamente inspirador, aunque tengamos creencias distintas, puedo afirmar como el gran emperador Marco Aurelio diría en sus meditaciones que “De mi Madre aprendí el respeto a los Dioses” , tú has sido mi mejor ejemplo en todo sentido, así que no debes preocuparte Madre mía, aprendí lo mejor de la mejor. Recuerda también que mi entrenamiento a lo largo de los años para este tipo de misiones ha sido intenso y a consciencia, así como me enseñaste.

Te cuento por otra parte que, aunque la prensa internacional se empeñe en no mostrar la realidad de lo que sucede aquí, tarde que temprano se lo haremos saber al mundo con nuestras acciones, he sido bien recibido, he conocido nuevos hermanos en las trincheras, me han tratado de una manera muy especial, y se bien por qué lo hacen, yo también trataría así a cualquiera que viniera a ayudarme en una guerra, y más si es de otra parte muy lejana del mundo, dejando todo lo amado atrás, y sin garantía alguna de volver para ese reencuentro tan anhelado, mis nuevos hermanos se empeñan en protegerme más de lo que deberían créeme Madre , así que no debes angustiarte demasiado, estoy bien rodeado, tus oraciones siempre surgen efecto, o como diría un viejo maestro “Cuando estás haciendo el trabajo correcto amigos desconocidos vienen en tu ayuda.”

Los bombardeos han sido intensos, y los asedios y hostigamientos no paran, pero no hemos retrocedido, todo lo contrario, hemos avanzado, y cuando no hemos logrado avanzar, hemos logrado mantener la posición, con algunos heridos como es lo habitual, pero sin bajas en mi unidad afortunadamente, y por ahora eso es todo lo que importa, las muertes reportadas en la prensa pertenecen a otras unidades, de nuestro bando sí, pero a otras unidades, son bajas que duelen, pero esto es la guerra y debemos mantenernos firmes en todo sentido, así como me enseñaste.

Aún recuerdo y extraño esos momentos a tu lado, con mi hijo y nuestra mascota, conocí tantas veces la felicidad a través de ustedes…extraño esos momentos en familia, así como aquellos almuerzos “tradicionales” como diría tu nieto, extraño el tenerlos cerca, poder abrazarlos y decirles que los amo. Espero poder volver a hacerlo pronto… de prolongarse mi estadía aquí, quisiera pedirte un favor, cuídalo mientras estoy aquí en las trincheras, habla con él y enséñale, así como me enseñaste a mí, protégelo, así como me protegiste y sobre todo cuéntale quien en realidad es su padre y por qué hace lo que hace, solo tú me conoces en realidad Madre mía.

Por otra parte también quiero contarte que todo este panorama es muy distinto a lo que me imaginaba, ya había estado en otros conflictos, pero el universo no se detiene y cada guerra es única en todo, y está en especial me ha permitido ver mucho mejor aquellas luces y sombras que tiene el ser humano en su interior, razón tenía el filósofo cuando aseguraba que “Hermosa es la guerra para el que no la conoce”, hoy más que nunca veo que eso es cierto, por momentos hasta yo mismo pierdo todo rastro de decencia y humanidad al momento del combate, pero de no ser así, sería imposible estar escribiéndote esta carta, el enemigo es implacable y así mismo debemos comportarnos, la compasión y el exceso de confianza podrían alejarme de aquel reencuentro contigo y mi hijo, y eso es lo único en lo que pienso todos los días, en la vuelta al hogar.

Para finalizar Madre, quiero que sepas que suceda lo que suceda puedes sentirte profundamente orgullosa de tu hijo, aquí soy un héroe, o por lo menos eso es lo que dicen quienes me recibieron, aquí también estoy en familia, con mis hermanos, con mis verdaderos hermanos. No importa lo que pase Madre, si vuelvo, tendré una gran historia que contarte, si por alguna razón no retorno, cuéntala tu por mí, cuéntasela a tu nieto y al mundo, que se enteren que no hay amor más grande que el de una madre por su hijo, y sobre todo el de una Madre como tú.

Me despido con el intenso deseo siempre en mi mente y mi corazón de volver, de no hacerlo ya nos volveremos a ver en la siguiente vida, aquel cordón dorado que nos une es irrompible y ni el tiempo ni el espacio o la misma muerte pueden separar a una madre de su hijo o a un hijo de su Madre.

Por siempre tuyo… Tu hijo amado.

EL PROSCRITO.