Proscritos.....En un mundo paralelo, que por momentos roza
con toda nuestra realidad.
"AD ASTRA PER ASPERA! gritó el comandante en la línea
de fuego sosteniendo la bandera en una mano y señalando directamente hacia el
campo enemigo con la otra,...Plus Ultra ! Plus Ultra ! Plus Ultra! respondieron
al unísono los valientes y decididos a dejar su nombre cincelado sobre esa dura
roca llamada historia, donde solo aquellos pueblos que perdieron el miedo a
perderlo todo, con las herramientas adecuadas, pueden después de enormes
dificultades dejar testimonio de su obra....y así empezó todo".....O en
realidad así empezaron nuevos tiempos...no se sabe si mejores o peores, solo
nuevos. Pero es mejor ir al principio de la historia...o bueno, a desde donde
yo la recuerdo...
Una Historia de Proscritos.
I
Se levantó de la cama una mañana, serían las 6:40 am... una
mañana fría y gris como todas las demás mañanas en aquella montaña verde
rodeada de pinos y neblina la cual había elegido para refugiarse después de
aquel día en el cual, una acción motivada por una causa superior a su
existencia, desencadenaría una serie de eventos de proporciones inimaginables
para un hombre que había decidido simplemente… ser libre. El perro, un can
viejo pero aun con muy buen olfato, siempre vigilante desde el rincón de la
puerta lo miraba de reojo y apenas levantaba su cabeza del suelo como queriendo
saludar y preguntar algo al mismo tiempo, el gato aun cerca del fuego de la
chimenea, parecía una estatua de piedra, como una escultura a la
despreocupación y la paciencia,…sus pies desnudos sentían la madera fría del
suelo y el crujir bajo su peso; camino tres pasos hacia la ventana que tenía a
la derecha de su cama, y por entre los huecos de una vieja y remendada cortina
de color azul rey, vio los primeros rayos de sol que asomaban y pegaban contra
el arma que tenía apoyada contra el costado derecho de la cama entre la mesa de
noche y el colchón dándole un brillo amenazante, corrió la cortina con su mano
izquierda con sumo cuidado apenas si para asomarse y ver con un solo ojo el
exterior y se retiró rápidamente, miro a
su alrededor e hizo nuevamente el inventario mental de todos los días, perro, gato, arma,
bitácora, mochila, una vieja bandera que simbolizaba y justificaba su
existencia y su lucha, y una sensación
de soledad y desconfianza que no lo abandonaban ni un solo minuto desde que
había iniciado eso a lo que él llamaba… el principio del fin. Esa era una
mañana fría y gris como todas las demás mañanas, pero algo sucedió esa mañana,
algo inesperado como todo lo que sucede en la vida de un hombre que lo único
que espera es la muerte y poder morir con honor.
II
Caminó lentamente hacia un improvisado comedor, mesa y banco
hecho con tablas y ladrillos, se sentó
cuidadosamente mientras tomaba la pipa aun cargada desde la noche
anterior, al tiempo que sacaba de su pantalón un gastado encendedor de
bolsillo, puso la pipa en su boca y acerco el fuego a ella y mientras aspiraba,
observaba una tasa metálica llena de té con limón la cual sería su desayuno esa
mañana, exhalo profundamente una bocanada de humo y estiro el brazo para alcanzar
la tasa, y de repente, justo antes de alcanzarla, un sonido familiar, aunque
inesperado llego a su puerta…un silbido particular y cinco golpes de palmas que
conformaban una clave entre él y su único enlace con el resto del mundo, el
perro dio un sobresalto y agudizo el oído, se movía inquieto pero sin ladrar,
el gato no quitaba el ojo de la puerta al tiempo que enroscaba su cola, la
emoción lo hizo olvidar por un segundo su protocolo de seguridad, pero fue solo
eso, un segundo, de inmediato reacciono y sin soltar la pipa de sus labios
guardo el encendedor en su bolsillo y se dirigió rápidamente hacia la cama y tomo ágilmente el arma que tenía apostada allí cerca, después
de cerciorarse cuidadosamente por la ventana y por la rendija trasera que todo
estaba en orden y que esa visita, su única visita, era segura, …quito el
cerrojo de la puerta y abrió lentamente
solo un poco, arma en mano y en posición siempre defensiva, se aposto
bajo el marco y con un rápido ademan indico a su visita que podía traspasar la
reja y avanzar hasta la cabaña, el visitante como pudo quito el seguro de
aquella vieja puerta de madera que daba acceso al camino por la montaña hacia
la cabaña entre pinos y neblina, su paso un poco apresurado tal vez por el clima,
puso nervioso al único habitante de ese paraje quien observaba a todos los
ángulos posibles mientras se acercaba aquel conocido… pero inesperado
visitante.
Al llegar a dos metros de la puerta el inesperado visitante, saludo con una leve
sonrisa y levantando una ceja al hombre allí parado con un arma en la mano,
este le respondió de igual forma retirándose de la puerta de a poco no sin
quitar la vista del exterior, mientras que su visita cruzaba la puerta y la
cerraba tras de sí con seguro. ¿Nadie te ha seguido? Pregunto antes de cualquier formalidad entre
ellos, No nadie, puedes estar tranquilo respondió, ¿Por qué no llamaste y
dijiste lo de siempre?
-Precisamente vengo a
contarte lo sucedido, no tuve tiempo de llamar, todo empezó muy rápido y ese
número y ese aparato ya no eran seguros, y como recomendación deberías
deshacerte tú también de ellos. De inmediato procedió a romper aquel chip de
contacto, destrozar el aparato y arrojarlo entre las brasas de la chimenea aún
caliente.
¿Cuéntame que ha pasado?
-Ya empezó, fue muy rápido, lo que presentíamos hace unos
años…ayer se hizo realidad.
¿Cómo sucedió todo?
-Yo pude escapar, pero los agentes del estado capturaron a
todos, a todos menos a mí y otros dos.
¿Todos capturados? O
¿alguien caído?
-No lo sé, escuche disparos, tome mis cosas y salí por la
parte de abajo, a la derecha como lo
habíamos ensayado, otros dos bajaron detrás de mí y corrieron conmigo,
muchachos nuevos de la zona gris, cuando salimos bajo el puente acordamos
reunirnos nuevamente en el punto que tu marcaste en el mapa del salón la última
vez.
¿Cuándo?
-En tres días, a la hora imposible como tú lo indicaste.
Pensé que tardarían más en darse cuenta que fuimos nosotros,
o mejor dicho…que somos nosotros.
-Igual yo…pero ambos sabíamos que pasaría, ahora debemos
llevar a la realidad lo que planeamos y prometimos hacer.
Guardaba la esperanza de no arrastrar a nadie más en esto,
pero mi nombre no es sino uno más en su lista.
-Precisamente, por todos los que quisimos y creímos, debemos
continuar, por todos los muertos, los capturados, los exiliados, los que fueron
torturados y los que hoy en día siguen sufriendo sus torturas, los que
desaparecieron, los lisiados física y mentalmente, los humillados, y aquellos
que aún no saben que lo hacemos por ellos, por todos ellos…debes seguir
adelante y hacerlo, ya no es momento de re-pensar las cosas, empezaste
algo…ahora termínalo, de una u otra forma termínalo por el bien de todos, y por
cómo están las cosas, ojala terminemos en una fosa, que es mil veces mejor que terminar tras sus rejas…ahora es el
momento, debes terminarlo! … sentencio el inesperado visitante.
Solo hay una forma de terminar todo, respondió el solitario
habitante de la cabaña, y no será de la mejor forma…las rejas no son una opción
para hombres como nosotros, y tú lo sabes, terminaríamos quitándonos la vida no
sin antes llevarnos a unos cuantos esclavos
por delante, y no les vamos a dar el gusto de que nos vean a su merced y tras sus rejas.
En tres días nos veremos en el punto acordado a la hora imposible, llega tu
primero y asegura el lugar, de ser necesario…elimina cualquier elemento
sospechoso, no hay tiempo para la duda. Ahora solo nos resta esperar que aquellas fuerzas superiores y
extraterrenales estén de nuestro lado, porque en este mundo, a partir de este momento,
estamos solos. Nosotros y nuestra
causa…completamente solos.
III
La mirada del visitante tomo un aspecto sombrío, y
asintiendo con la cabeza, daba por hecho que ya todo estaba acordado. El plan
no podía fallar, eran años y años de cálculo milimétrico, lo único que podía
echar todo a perder era el factor humano de la traición y la incompetencia, y
en eso, el comandante había sido muy cuidadoso al elegir a aquellos quienes
estarían al frente de esta operación, todo dependía de su capacidad de decisión,
y sobre todo de su voluntad, pero más allá de eso, ellos eran sus últimos
combatientes, los más fieles y por lo tanto los más creyentes, aquellos que
estuvieron desde el principio a su lado, cuando no había nada, cuando todo era
apenas un sueño, el sueño de un hombre, ellos decidieron hacerlo su sueño
también, y lucharon hombro a hombro por llegar hasta ese momento, un momento
único al cual muchos otros habían renunciado por falta de fe, cobardía o
conveniencia, este era el momento de aquellos valientes que se había mantenido
fieles hasta el último momento en el cual todo parecía perdido y en contra,
esta era la oportunidad que habían esperado toda su vida, la cual justificaba
toda su existencia en este planeta. Este pequeño-gran grupo de hombres llenos de
fe en poder darle un giro a la historia, estaban ya listos para recibir las
últimas instrucciones de quien por años había sido su guía, maestro, comandante
y gestor de una cruzada la cual los llevaría a dejar sus nombres grabados en la
historia…pero ni ellos mismos, sus soldados más fieles, sospechaban de las
ultimas y verdaderas intenciones del comandante. Solo el comandante y su
misterioso visitante conocían lo que sería el desenlace de aquello que habían
planeado durante tantos años en el silencio y la oscuridad.
IV
Lentamente ambos se acercaron e hicieron el saludo secreto,
la señal, el símbolo, aquella seña de reconocimiento entre los últimos
seguidores de un sueño vivido como pesadilla, un ademan prohibido, perseguido y
penado de las formas más brutales por el gobierno mundial que se oculta en las
sombras, un gesto de lealtad y honor entre los últimos hombres libres y
combatientes. Seguidamente procedieron a ultimar detalles, nombres, planos,
horas, acciones y reacciones, todo debía estar perfectamente calculado, los
núcleos y unidades secretas aun libres, debían activarse de inmediato según los
planes, organizarse, armarse, defenderse, resistir y avanzar, esa era la orden,
fijar objetivos y cumplir con la misión sin importar el costo de la misma, ese era
el precio de la verdadera libertad. Ahora era el momento de hacer lo que se
debía hacer, ambos se miraron y asintieron con la cabeza cuando todo estuvo
dicho, estrecharon sus manos y seguidamente se abrazaron como quien se despide
para siempre, pero con una mirada de esperanza en la victoria final sin
importar lo que suceda, no hubo lágrimas externas, solo al interior de cada
uno, no hubo promesas, su realidad era más que suficiente, el haber llegado
vivos y libres hasta este punto era mucho más de lo que podían pedir dos
hombres que luchaban por ser libres y liberar a su pueblo, el estar en esta
fase del plan, ya era una victoria enorme para ellos y con su vida o su muerte
darían el ejemplo que por tantos años les fue negado a generaciones de jóvenes esclavizados
y temerosos de conquistar sus sueños,
sus derechos, su libertad. Ahora todo estaba en manos de ellos y los
acontecimientos echados a andar ya no podrían deshacerse, serian llamados
traidores, acusados de locos y resentidos, asesinos, terroristas, apátridas,
enfermos y demás apelativos que la prensa del poder y sus masas adoctrinadas pudieran tener en su repertorio,
pero la verdad era otra, la verdad era su verdad, una verdad universal, eran
guerreros santos, asistidos por un poder superior a todo lo conocido, el poder
de la determinación y la voluntad absoluta, el poder de la fe en su causa y
sobre todo en ellos mismos, eran liberadores anónimos, justicieros sin rostro
elegidos por la naturaleza para llevar a cabo esta misión, el universo había puesto
una senda frente a ellos y decidieron recorrerla venciendo miedos y
desatendiendo cantos de sirena provenientes de la comodidad del mundo
aparentemente libre, eran elegidos por la providencia, y su vida no era más que
un medio para llegar a un fin superior, el fin superior de todos los hombres
que luchan por la libertad…transformarse en héroes.
V
Ese día después de la visita de su más leal y capaz
compañero de lucha, el comandante empezó a caminar de un lado al otro por el
piso de la cabaña, le parecía mentira que este día hubiese llegado, y aunque
siempre deseó que llegara, no guardaba muchas esperanzas de estar vivo para
verlo, aun así, con toda la tensión de la situación, una pequeña sonrisa
aparecía en su rostro, no podía menos que sentir felicidad por la sorpresa
recibida, pensaba y repensaba ¿Cómo, cuándo y de qué forma fue que inicio todo?
Recapitulaba episodios de su vida y de cómo había hecho de una idea, toda una
revolución y la esperanza de unos pocos que valían por millones, aun no podía creer
que tamaño habían alcanzado las cosas y en tan poco tiempo, por instantes
reaccionaba y tomaba impulso para alistar el equipo y dirigirse a su refugio de
emergencia, pero algo le impedía moverse, era una emoción extraña mezcla de
alegría, prisa, angustia, miedo y esperanza, algo que lo mantenía inmóvil pero al mismo tiempo en movimiento, de repente una voz vino a su cabeza, una frase
dicha por un antiguo maestro… “La desconfianza es la madre de la seguridad.” De
inmediato despertó de su letargo emocional, y de un solo paso se acercó al
comedor y tomo la taza de té con limón y de un solo trago la bebió, soltó la
pipa de entre sus manos y empezó a alistar todo, arma, bitácora, mochila y su
vieja bandera, se calzo sus botas, se puso su chaqueta, reviso nuevamente el
interior de la cabaña verificando de no dejar huella alguna de su estadía allí,
reviso el exterior de la cabaña y arma en mano se dirigió a afuera en compañía
del perro viejo y aquel gato silencioso quienes lo seguían siempre tres pasos
atrás, miro a un lado y a otro y nuevamente a cada paso, retrocedió y cerro con
un candado oxidado la puerta, miro esa puerta por última vez y puso su mano en
la misma como quien agradece a un guardia por su protección, tras esto, hizo
una seña al cielo y en voz baja pidió sabiduría y protección a esas fuerzas a
quienes él llamaba sus guías, de inmediato reviso nuevamente con la mirada todo
el paraje, y empezó la marcha acompañado de sus dos fieles amigos de cuatro
patas, rodearon la cabaña y partieron por la parte de atrás a paso suave pero
firme, al irse alejando de aquel lugar, no pudo resistirse a voltear a mirar y
ver una vez más aquella cabaña de madera la cual había sido su paraíso y
fortaleza durante tiempos oscuros, una última mirada a su castillo, una última
mirada atrás...............................CONTINUARA.
Diego A. Proscrito.
kentaurdosmedias@gmail.com