LOS PORTADORES DEL ANILLO DE LA CALAVERA
Uno de los más destacados Héroes de la quinta orden fue Don Rodrigo Díaz de Vivar llamado el Cid Campeador, quien de dientes para afuera era uno más del credo de la paz y el amor por estrategia, pero en secreto era un fiel portador del anillo de la calavera y conocedor de la verdad oculta, quien también inició a varios y los hizo portadores de anillos que los identificaban como miembros de la orden. Tiempo después el enemigo volvió a atacar y esta vez otro famoso héroe de la quinta orden se batía como un león a muerte en la batalla de Lepanto en 1571, el gran Miguel de Cervantes Saavedra quien fuera iniciado 9 años antes de la Batalla y a quien se le había entregado un anillo con una calavera totalmente en plata, allí en Lepanto las fuerzas de la quinta orden combatieron heroicamente contra las fuerzas de los nigromantes en cabeza del imperio otomano. Miguel de Cervantes dejó mensajes encriptados en su obra el Quijote sobre el secreto atlante, mensajes solo visibles a ojos de los iniciados.
En América la
quinta orden ya estaba muy diezmada, y la sexta tuvo que ir en su ayuda, ya que
los pueblos que allí se encontraban habían sido engañados por los espíritus
malignos y los nigromantes, y le ofrecían sangre por montones a su Dios en
sacrificios rituales creyendo que así agradaban a sus dioses verdaderos. La
batalla por tratar de detener el derramamiento de sangre fue terrible, pero
usando los trucos de aquel culto de la paz y el amor, se logró un estado de
calma para reorganizarlo todo, ahora la quinta orden había desaparecido por
completo, sus últimos 3 miembros habían perecido combatiendo a las fuerzas de
los nigromantes en lo que hoy se conoce como México.
Ahora la sexta
orden tenía el deber de preparar el territorio americano para que no cayera
definitivamente en manos del enemigo, la sexta Orden envió sus emisarios hacia
el sur del continente, para que la séptima Orden entrara en el sur
desembarcando en lo que hoy se llama Colombia y siguiendo hasta el rio de la
plata en la actual Argentina, la séptima Orden era una reunión de varios
hombres especializados en la exploración y el combate, uno de sus más famosos
miembros y tal vez el más heroico fue
Don Blas de Lezo, quien era un experto marinero vasco, iniciado en la séptima Orden
por uno de sus antepasados también marino, portaba un anillo de calavera
igualmente grabada internamente y con un zafiro azul en el exterior. Blas de
Lezo comandó la heroica resistencia y defensa de Cartagena de Indias la llave
del imperio, contra el asedio inglés de 1741, comandado por un general de
apellido Vernon al servicio de un imperio que había caído bajo el poder de los
nigromantes. Vernon fue humillado y Blas de Lezo se convirtió en un héroe de
aquellos que tenían algo de sangre atlante en sus venas, aunque moriría debido
a la peste producida por la enorme cantidad de muertos y a las heridas
recibidas en la batalla.
Los nigromantes
y su conciliábulo de hechiceros negros decidieron organizarse y formar logias
para así infiltrarse mejor y engañar a las otras razas, se dieron cuenta de lo
fácil que se corrompían los pueblos de los hombres que no tenían el
conocimiento atlante, y los engañaron con el poder del oro, metal precioso que
ellos ahora controlaban y en el cual habían encerrado a unos espíritus los
cuales incitaban a la codicia y la ambición, plantando así la discordia entre
los pueblos y facilitando el derramamiento de sangre. El enemigo escogió una
isla al norte de Europa llamada hoy Inglaterra, escogida por su ubicación en el
mar la cual les recordaba la Atlántida y su objetivo siniestro, y en cuyo suelo
habitaban pueblos que en el pasado habían tenido buenos líderes, los más
conocidos eran un rey y un mago, Arturo y Merlín, también portadores del
secreto atlante, fue Merlín quien inició a Arturo en la tercera orden de los portadores del anillo de la
calavera, pero la maldad poco a poco fue diezmando el poder de la tercera Orden
en la isla de Britania, Arturo murió y con él su legado, Merlín al ver tanta decadencia y tan poca voluntad de los
hombres prefirió desaparecer en el bosque, para retornar cuando los hombres
despertaran de ese letargo en el que el hechizo de los nigromantes los había
puesto, los anillos de Merlín y Arturo fueron escondidos por el más fiel
caballero de la mesa redonda Parzifal quien había sido iniciado por Arturo, así
los anillos al igual que la espada Excalibur reposan secretamente en lugares
ocultos a la vista del enemigo para que no caigan en sus manos, mientras
retornan los espíritus de Merlín y Arturo a liberar a su pueblo de la
esclavitud de los nigromantes.
Poco tiempo
después de la derrota del enemigo en Cartagena de Indias a manos del iniciado
Blas de Lezo, las fuerzas ocultas en la isla de Britania tramaron otro plan
macabro, dividir al Imperio Español para así crear una guerra por todo el continente
que asegurara el flujo de sangre para su Dios tenebroso, una guerra que
desencadenaría pequeñas guerras entre pueblos hermanos que bajo falsas promesas
de libertad y prosperidad se enfrentarían ciegamente, todo patrocinado con el
poder del oro proveniente de mano de las fuerzas oscuras ocultas en sus logias
en Inglaterra, fue así que compraron traidores y un ejército mercenario para
dividir el imperio y hacer correr la sangre, encontró a tontos útiles por toda
América para su propósito, y los inició en sus logias y ritos ocultos
haciéndoles jurar fidelidad al Dios
sangriento, estos traidores al imperio se hicieron famosos con los nombres de
Bolívar y San Martin.
La séptima Orden
resistió todo lo que pudo, pero era un ataque a lado y lado del océano, el
ejército mercenario tomó control con brutalidad, a sangre y fuego, derramó toda
la sangre que pudo de norte a sur por América, pocos fueron los últimos leales
en pie, militares iniciados que portaban su anillo secretamente en las
batallas, uno de los últimos resistentes de la séptima Orden era un militar
llamado Agustín Agualongo, que combatió fieramente a los traidores al servicio
de los nigromantes en el territorio hoy conocido como Colombia, fue capturado y
ejecutado por no querer traicionar a la Orden y no revelar el paradero de los últimos
miembros de la séptima Orden, antes de ser capturado Agustin Agualongo entregó su anillo de la calavera a
uno de sus más fieles soldados el cual lo portaría como miembro iniciado y cuya
misión seria ir a Europa y unirse a la octava Orden la cual llevaba mucho
tiempo preparándose en lo más lejano del norte de Europa, la península
escandinava y sus alrededores, allí la octava Orden, en cabeza de grandes
hombres del norte que no habían sucumbido al culto impuesto por los nigromantes
se preparaba para dar la última batalla, en la cual se ganara o perdiera, le
quitarían la máscara al eterno enemigo
de los pueblos libres.
La octava Orden sabía
que tenía que prepararse muy bien para esta batalla en la que le mostrarían el
verdadero rostro del enemigo al mundo, su entrenamiento fue fuerte y
prolongado, pasaron los años y jamás descansaron ni un solo día porque ya se
presentía el nuevo ataque de los nigromantes. La octava Orden decidió convocar
a los altos magos de la Orden solar, quienes veían muy difícil resistir este
nuevo ataque a una escala global contra la sangre atlante, solo podían hacer
una cosa, traer un espíritu liberado, un Dios leal, un guerrero, un mago, uno
de los suyos a quien algunos pueblos en otras épocas habían llamado Vishnú y
más tarde Zeus, uno que fue conocido siglos después por los pueblos del norte y el centro de
Europa como Odin-Wotan, y en América como Bochica, solo este Dios leal,
mago-guerrero y sabio era capaz de liderar una campaña tan importante como lo
era el revelar la identidad del enemigo a los hombres, fue así que realizaron
un ritual en el cual abrían las puertas de esa dimensión en donde habitaba
Odin-Wotan, el cual se movía por los nueve mundos bajo la forma de un anciano
con sombrero y un solo ojo, este ritual abría esa puerta para que el gran mago
viajero entrara en este mundo, encarnado en forma humana, para así liderar a
los ejércitos de los últimos combatientes contra las fuerzas demiúrgicas.